Leyendo la primera entrada cervecera de mi hermano y compañero bloguero Jaimedag, no puedo dejar de apreciar algo tan habitual como desatinado: la generalizada inclinación hacia las rubias. Puede que tengan un color más atractivo sí; o que su mayor ligereza resulte especialmente agradable en determinadas situaciones, como, por ejemplo, el asfixiante calor estival al que están sometidos buena parte de los habitantes peninsulares. Pero no conviene dejarse engañar por tan atractivo y engañoso líquido, pues no tengo la certeza de que el sabor de alguno de estos brebajes resulte más exquisito que la orina fresca de camello para todo aquél al que la sed acucie. Otra cosa es si contribuye de forma más eficaz a alcanzar ciertos objetivos etílicos, pero prefiero concebir la cerveza como algo digno de disfrutar y saborear. Así que mis entradas van a tener como protagonistas a unas mucho mejores compañeras: las cervezas negras, tostadas y rojizas. Dotadas de mucho más sabor y consistencia que sus doradas compañeras, éstas proporcionan al que las bebe tanto una refrescante sensación como la satisfacción de necesidades nutritivas; es decir, constituyen en sí mismas toda una comida, si bien nunca son un mal complemento a la hora de la comer o cenar. Para el desayuno sólo las daremos como justificadas en casos de extrema necesidad, como por ejemplo antes de ir de compras con una mujer o en caso de verte obligado a ver una película española.
Una vez desgranadas las notas que caracterizarán a esta sección, comenzamos con el análisis de la semana:
Después de una honda reflexión a lo largo de toda la jornada he decidido empezar por una cerveza que a pocos resultará desconocida, ya que en los últimos tiempos ha conseguido una notable presencia en los bares, cervecerías y pubs españoles, así como en las grandes superficies comerciales: la Grimbergen Double, mi favorita junto con la Guinness. De tono entre oscuro y rojizo, resulta perfecta para degustar en compañía o sin ella, y combina diferentes maltas con azúcar de caña, lo que le proporciona un sabor dulce, con un aroma profundo. El nombre Doble hace referencia a su doble fermentación, la primera en las cubas y la segunda en la barrica de la bodega. Como curiosidades, cabe destacar el eslogan y el emblema de Grimbergen, los cuales hacen referencia al ave Fénix, ya que el monasterio belga del que es originaria esta cerveza sufrió una serie de incendios a lo largo de su dilatada trayectoria (la abadía se fundó en 1128), pero siempre fueron acompañados de sucesivas reconstrucciones. En resumen, es una pedazo de cerveza y, si los mismos frailes, mucho más orientados a la consecución de metas espirituales que los mequetrefes que critican como voraces inquisidores su consumo en soledad, son los primeros que la disfrutan, yo no voy a privarme ni mucho menos.
Nombre: Grimbergen Double
Origen: Bélgica
Graduación: 6,5%
Tipo: Abadía
Calificación: ****
En cuanto a mi crack deportivo de la semana, que a buen seguro es un buen aficionado a la cerveza a juzgar por las pintas que se gasta, éste no puede ser otro que Wayne Rooney, autor de uno de los mejores goles de la temporada. El gol en cuestión supuso el 2 a 1 con el que el United consiguió la victoria frente al City en el derby de Manchester el pasado fin de semana. Toda una muestra de potencia, colocación, espectacularidad y efectividad al alcance de muy pocos jugadores en el mundo. Yo desde luego si me encuentro a este tío por la calle y no sé quien es, lo vería capaz de muchas cosas (la mayoría relacionadas con el mundo de las trifulcas y el crimen) pero no de esto. Sin duda, una obra de arte.
Por cierto, dentro de poco habrá que rendirle un merecido homenaje a Ronaldo Nazario da Lima, uno de los mejores delanteros de la historia, que hoy mismo ha anunciado su retirada de los terrenos de juego después de una exitosa carrera profesional, no exenta de grandes dificultades y escándalos de todo tipo. Pero eso otro día.
Para finalizar, mi canción relacionada con el mundo del deporte de la semana es Sweet Caroline, de Neil Diamond, uno de los grandes clásicos de la música popular americana del siglo XX. Es habitual escucharla en los partidos de los Boston Red Sox, donde el público experimenta un estado de exaltación considerable mientras suena, aunque por lo que sé no es extraño que la pongan en estadios de todo Estados Unidos. Como curiosidades puede señalarse que Neil Diamond es oriundo de la ciudad de Nueva York, y son precisamente los New York Yankees el mayor rival histórico de los Red Sox. La otra curiosidad es para nota: en la letra original de la canción, al describir el estado efervescente en que el intérprete se encuentra al ir conociendo a la susodicha Caroline, justo antes del estribillo, se dice "touching me, touching you". Pues bien, en interpretaciones de estos últimos años puede oírse al amigo Neil lo siguiente: "touching me, touching... ME". Lo dicho, todo un crack este tío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario